miércoles, 8 de abril de 2015

INACEPTABLE ABANDONO DEL PATRIMONIO MONUMENTAL MALAGUEÑO


NORIA DE MARTIRICOS, EN BABIA.

 La pieza histórica más contundente del barrio, en la calle Salvador Dalí, sigue en un estado lamentable, en convivencia perpetua con las grietas y la basura
La estética es un concepto muy relativo, sobre todo desde la invención del chandal bolivariano, pero basta con darnos una vuelta por Martiricos para concluir que algo falla en su estética, y no nos referimos al barrio. En la calle dedicada a Salvador Dalí, en la práctica un enorme aparcamiento al aire libre, continúa durmiendo el sueño de los justos un enorme artefacto que de lejos recuerda una torre almenara truncada por la mitad.
A lo largo de su respetable perímetro un repellado de hormigón hace las veces de faja contra los desmanes del tiempo, pero basta echarle un vistazo para concluir que está más estropeado que el retrato de Dorian Gray, que no es el gachó de las 50 sombras.
Lo hiriente del asunto es que se trata de uno de los restos históricos más imponentes del barrio, la única huella directa de las ricas huertas que en el pasado se extendían por lo que hoy es un mar de edificios. Estamos hablando de los restos de la noria de la Huerta de Godino, en memoria del caballero Alonso Godino de Zaragoza, que disfrutó de esta rica propiedad mucho antes de que Franco fuera cadete, pues fue compañero de siglo de Miguel de Cervantes, un escritor cuyos huesos están recibiendo estos días bastante más atención que su obra.
Como ya informó este periódico en 2012, el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Málaga Francisco Rodríguez Marín estimaba que la noria era como mínimo de la segunda mitad del siglo XVII. El incansable historiador Manuel Muñoz también la menciona en alguno de sus libros.
Pero esta noria centenaria y modesta, que ha aguantado carros, carretas y ya en nuestros días vehículos a motor, desde el punto de vista administrativo continúa emplazada en la comarca de Babia, a donde acudían a cazar con mucha frecuencia los Reyes de León.
Llama la atención que nuestra Diputación haya dado el nombre de la Noria a una prometedora incubadora de proyectos sociales muy próxima mientras sigue cayéndose a pedazos la noria auténtica, que no tiene muchos visos de alcanzar los cuatro siglos de existencia.
Una respetable arboleda se está abriendo camino por ella y asoma con brío por su superficie, mientras las grietas no dejan de multiplicarse y alguien le ha clavado el anuncio de un autolavado.
El único gesto de sensibilidad con este resto maltrecho del pasado de Málaga es la valla metálica que lo rodea, aunque esto no impide que en su interior se acumulen con mucha frecuencia basuras de todas las clases, muebles y sanitarios incluidos.

Ahora que llegan las elecciones municipales nuestros candidatos podían darse una vuelta por la noria –valga la redundancia– y prometer que si repiten o alcanzan el poder dejarán de estar en Babia y se pondrán a la tarea de restaurar del patrimonio hidráulico e industrial de Málaga. ¿Caerá esa breva? Puede que antes se caiga la noria. ALFONSO VÁZQUEZ, La opinión de Málaga.

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